miércoles, septiembre 27, 2006

Las seis y veinticinco de un dia cualquiera

Si señor! Despues de varios meses de ni siquiera entrar a mi blog (y digo "mi" blog porque esta registrado a mi nombre. Ya saben que pueden pasar cuando quieran y escribir lo que quieran), aca estoy. Con demasiadas cosas para compartir pero con escasas energias como para transcribirlas en palabras. Momento de mi vida en que sé que voy a sufrir un cambio (por si se les cruzó por la cabeza, NO me voy a poner senos y voy a conservar mi nombre masculino), y como todo premeditado cambio de mi vida, espero que salga como espero que salga. No sé cuanto voy a aguantar sin volver corriendo a mi mamá para que me lave el plato, pero en algun momento tiene que pasar, y creo que es el momento justo. Si señor, hablo del momento en que papá y mamá quedan solos en toda una casa para ellos, se miran mientras les corre una lagrima. Y uno, en otra parte de la ciudad, mira en un espejo como le corre la misma lagrima. Pero la cosa es asi. En algun momento tiene que pasar, y mientras los pasos sean para adelante supongo que esta bien. En fin, estoy a punto de alquilar algo y empezar mi convivencia.
Por otro lado, quería comentar mi nuevo descubrimiento. En estos dias me dí cuenta que mi mejor momento para escribir es a esta hora; las 6 y media de la mañana. Y si corre esta brisita fresca, hasta dá gusto hacerlo... Pero lamentablemente, que sea buena hora para escribir no es sinónimo de que la escritura sea buena. Pero muchas veces no hace falta que la palabra sea buena, sino que la palabra esté en forma de "presente", "aca estoy", "no me morí", y "no me borres de tu agenda del celular". Y seguido a eso, quiere decir "soy el que cualquier dia de estos te da una sorpresa".

Ladies & Gentlemen, Bienvenidos una vez mas!

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"Soy quien no ha de morir. Siempre regresaré. Me verás..."

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