La gente no piensa. Definitivamente no piensa. No analiza lo que significa “lo justo”. Y voy a dar un ejemplo: Una señora forma parte de una larga cola en la caja de un supermercado. Se ubica justo detrás de otra señora que tiene lleno el carrito. La señora del carrito lleno comienza a pasar sus productos por la caja, siempre atenta a los precios que la maquina va informando, porque es una persona conciente; cuida su economía. En un momento, advierte que lo que la caja informa, no es exactamente lo mismo que ella vio en la góndola, por lo que interrumpe la tarea del cajero: “perdoname, pero ese no es el precio que decía allá (señalando las góndolas)”. El cajero toma el producto, lo mira, analiza lo que dice su cuadernito, mientras la señora continua: “Allá decía que salía $5…”. El cajero le aclara: “Señora, el producto de $5 es el que trae 2 unidades, y este es el de 8 unidades”. “No están bien informados los precios en la góndola. Me dejás que lo cambie?” “Si, señora, cámbielo”. La mujer sale caminando rápido a buscar el otro producto. En el momento que se separa de la cola, las otras mujeres empiezan a decir: “pero que desubicada”, “como si a una le sobrara el tiempo”, “que pedazo de desconsiderada”, “pero esta vieja desubicada no se da cuenta”, e infinidad de cosas más, que automáticamente dejan de decir cuando la señora aparece nuevamente. La mujer no se demoró ni un minuto. Y yo miro, y escucho, y pienso. “Que intolerante que es la gente”. Porque de seguro es algo que puede pasarle a ellas también, y tendrían que resolverlo de la misma manera. Y también pienso: “No sería adecuado exigir en el supermercado que abran otras 4 cajas en vez de 2 cuando se junta tanta gente en una caja?” Porqué nos la agarramos con un extremo de la cadena, cuando el problema, en un 90% de los casos, es por un error del otro extremo? Nadie le cuestiona a un gerente que por ahorrar la plata de un par de sueldos, demore a todas las amas de casa del barrio. Pero si se le cuestiona a la señora, que anda con veinte mil cosas en la cabeza, que se haya confundido en el precio que estaba puesto “si querer” en el producto que no correspondía, y la demore 30 segundos. Y este ejemplo se aplica a muchos ámbitos.
Empecemos a cuestionar lo que corresponde. Empecemos a exigir lo que corresponde. Y dejemos, de una vez por todas, de pisarle la cabeza al que más adelante me la va a querer pisar a mí, alegando que se trataba de “lo justo”.
3 comentarios:
Si, es una cagada. En países donde está todo hecho al revés como este, es muy difícil "hechar culpas". Las empresas hacen lo que quieren, el estado no controla, etc, etc, etc.
Cuando tenés razón, tenés razón. Y tenés razón casi siempre... como esta vez.
Y como siempre tenés razón, te invito a que hables muy bien de esto
http://youtube.com/watch?v=DKhnmUdmz74
Besos!!!
si es verdad, siempre tendemos a reaccionar, como sea pero reaccionar. y casi siempre mal. pocos son los casos en los que nos detenemos a pensar, y si se trata de pensar en el otro peor. No es por justificar, pero creo qeu el mismo mundo en que vivimos, más bien el sistema en qeu vivimos nos lleva también a vivir acelerados y dejar de tener la verdadera noción de tiempo y el valor.
A los que tienen mas poder poco y nada les importan los demás, pero siempre hay que tener en cuenta que hay una posibilidad de reclamo. Y que aunque uno solo no cambie las cosas, creo que unidos pueden hacer mucho. Gracias por postear en mi blog, invito a tu gente a que lo haga: www.soloaptoparasoquetes.blogspot.com
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