jueves, abril 16, 2009

Buscando negro por Córdoba

-Mi amor, ¿qué querés que comamos?
-No sé; ¿qué querés vos?
-No sé… ¿querés ir a comprar para hacer unos sandwichs?
-Y ¿qué querés que compre?
-Y… traé un poco de jamón y algo de queso… Si querés trae un poco de salame…
-No, está bien… Ya vengo. Voy hasta el almacén de Claudio a comprar las cosas.
-Dale..!

Y salí del departamento, temprano para la cena, pero con las ganas de comer algo rapidito y acostarnos a dormir. El miércoles a la noche es el día de la semana donde uno está cansado, pero no se relaja porque aun faltan dos días para el fin de semana.
Llegué al almacén de Claudio, donde siempre, por una cosa u otra, Él encuentra la forma para conseguir charla. El corte de fiambres se volvió eterno. -200 gramos de cada cosa- pensé… -Qué sería si le pidiera medio kilo!.
Una vez cortados los fiambres, pedí el pan:
-¿Pan negro, tenés?
-No, no me quedó nada…
Por un segundo pensé en llevar pan blanco, pero recordé que a Ella le gusta con pan negro, y en cierta forma a mi también, aunque me es bastante indiferente.
-Bueno, cobrame eso- le dije a Claudio, y salí del negocio pensando a dónde conseguir el bendito pan.
Hice una cuadra y llegué al almacén que vende las cervezas más frías de la zona.
-¿Tiene pan negro?
-No, no me quedó. Preguntá al frente…
Cruzo el boulevar y desde la puerta hago la misma pregunta, y me encuentro con la misma respuesta. Cruzo una vez mas el boulevar San Juan y camino una cuadra. Otro almacén. Pero tampoco queda pan negro. Cruzo otra vez y llego a una panadería, ya a tres cuadras de casa, donde tampoco encuentro el pan. ¿Puede ser que no quede pan negro en Córdoba? No me doy por vencido, porque sé que en algún lado tiene que quedar, y porque conozco los gustos de mi pareja. Camino dos cuadras más, hasta otra panadería que está cerrando y donde ni siquiera quieren atenderme. Cruzo por ultima vez el boulevard, haciendo memoria a dónde pueda conseguir el, a esta altura, maldito pan negro. Recuerdo un almacén en Corro y Duarte Quirós. Llego, entro, y recorro con la vista el mostrador. En un exhibidor, quedan dos paquetes de Pan Negro. –Listo!, pienso, mientras el señor que está delante de mí toma uno de los paquetes. Aguardo que él sea atendido, con el temor de que recalcule sus invitados a cenar y se lleve el segundo paquete. Para mi suerte, no lo hace. Pero se demora bastante para elegir entre las mayonesas, para seleccionar los tomates, y para decidir entre paleta, jamón, o mortadela. Finalmente soy atendido, y me aferro con cariño al pan negro. Agrego a mi pedido un Terma y una botella de soda. Pago y me voy.
Camino de vuelta a casa, contento con mi compra y sin la frustración que hubiera provocado el no conseguir el pan para mi chica. Ya puedo ver su cara cuando lo vea. Me espera una sonrisa y porqué no un beso, ante tan gratificante adquisición. Ya disfruto su agradecimiento y lo que va a ser una hermosa cena en pareja. A esta altura, tanto análisis sobre el momento feliz me dibujó una sonrisa en la cara que me hizo olvidar de toda la vuelta que dí para conseguir el pan. Las cuadras se me pasan volando, y llego al edificio y la veo asomada al balcón, como si estuviera olfateando el complicado pero finalmente conseguido pack de pan. Subo por el ascensor y llego a mi piso. Se abre la puerta, y de adentro se asoma una expresión muy distinta a la imaginada.

-Estúpido! A donde te metiste! Me re preocupé. Ya estaba por llamar a Inez para salir a buscarte! Me creí que te habían querido robar y te habían pegado un tiro, o que…- Y me relata unos impresionantes argumentos ideales para novelas policiales, ciencia ficción, thrillers, obviamente sin final feliz.

Me quedo callado. No sé que decir. Finalmente me sale una explicativa frase: “Es que no conseguía pan negro, y como sé que a vos te gusta me dí un vueltón para conseguir. Fui hasta la panadería Futura, después…”
“Hubieras comprado pan blanco!”, me interrumpe.

Me pasan varias cosas por la cabeza, pero me las guardo. Intento disfrutar de lo que queda de una feliz cena en pareja.

9 comentarios:

Freak Princess dijo...

Fuaaaaa! impresionante lo que pasa por la cabeza de una mujer que espera y de un hombre que busca pan negro. A mí me pasó algo parecido un domingo a la mañana que salí a comprar facturas y bizcochitos para Él....con la diferencia que cuando llegué a casa él recién se despertaba y dijo: humm desayuno!!!
Bienvenido al ruedo, yo también volví a mi blog, beso!

Marcos dijo...

La verdad es que la historia es algo "cotidiano", es la vida misma. Son las idas y vueltas de nosotros por esta vida...
Seria exactamente igual si la situacion hubiese tenido a los participantes uno en el lugar del otro, aunque debo admitir que, por ahí nosotros, nos hubiesemos preocupado si, pero hubiesemos cenado tranquilos jaja.
Hombres, Mujeres, Mujeres, Hombres....Somos lo que somos y nos gusta serlo!
ABRAZO AMIGO!! CUIDATE Y PARA LA PROXIMA POR FAVOR!!!! CARREFOUR O MACRO y UN PALETTE DE PAN NEGRO!!

Guille Primo dijo...

Mi estimadisimo primo: Si conseguir pan negro en cordoba fue la iliada y la odisea juntas, conseguirlo en Comodoro Rivadavia es el Quijote en persona...Terminas del mate.
Te invito a que vengas con Leti a comer unos sanguchitos al sur.. Fresquitos noma!!jaja( 3ºC)
Me gusta tu forma de escribir. Gracioso,ironico y real a la vez.. Un fuerte abrazo..
Guille

Anita dijo...

Me rei mucho, las mujeres somos asi a lo mejor porque somos más prácticas, un sms preguntado si pan blanco esta bien? jajaja y también nos preocupamos cuando demoran no por una cuestion "esta con otra?" sino por todo lo que esta pasando, pero de todas formas lo tuyo fue muy dulce, para la próxima lleva el celular y le manda un mensajito y no caminas tanto al pedo jajajaja
Divertida la historia de todas maneras!
Saludos a Leti!!

Anónimo dijo...

DAS ASCO!!

Juan Pablo C dijo...

Gracias por todos los comentarios, sobre todo al último que no sé quien es, pero parece que me conoce bastante...

Anónimo dijo...

Ojalá hubiera llevado el celular!!!! pero NO se lo olvido en casa... casi me divorcio del cagazo!!!
Leti,-

Anónimo dijo...

es que no entienden que uno sale sin el celular para que no se lo roben, jajaja. Yo sufro buscando sus malditas tostadas de gluten con yogur ser para ella, en los almacenes de barrio que no tienen nada de variedad. cuando caigo con cualquier otra alternativa me saca a ponchazos, asi que ahora si o si vamos juntos.

Anónimo dijo...

jajaja!!! paranoia!!!
pero bueno el tiempo al pedo y el amor pueden hacer volar la imaginación!
en fin consejo... llevá el celular la próxima y....
- amor...no hay pan negro, llevo blanco?
se pueden evitar muchos problemas así!! pero eso si te perdés de tener historias de las cuales reirte en el futuro...
Ana.