"Cuando los ángeles ladran..."

Ayer entré a la oficina de mi hermana a dejar un currículum que había dejado un pibe, que hasta que no me lo entregó, creí que me iba a asaltar. Es ese terrible grado de prejuicio que tengo. Malo, porque me hace desconfiar de alguien que después de todo está buscando trabajo. Pero más de una vez, te sirve la actitud para prevenirte. El problema está que gran parte de los que nos roban todos los días, andan muy bien vestiditos, son bien “blanquitos” y encima los tratamos de “usted”. Bueno, le estaba dejando el papel a ella, y estaba por hacer ese mismo comentario de arriba: “El que me entregó esto me dijo: arriba las ma… ah no perdón, es la costumbre… están buscando gente..?”. Entraba a la oficina con la broma en la punta de la lengua, cuando le veo la cara: Tenía la mirada perdida en una parte del techo de su oficina, en una parte donde no hay nada… Antes de que le diga nada, me arrebató: “Sentís?? Sentís??...” “que tengo que sentir?” “Ese olor! El olor a flores! No lo sentís?” “Flores? Nooo” “Si, flores! Sentí sentí…” “No Caro, no siento nada…” “Es que está la Virgen” “Quéloqué?” “Dicen que cuando sentís olor a flores, es porque la virgen de Lourdes está presente…” Cabe aclarar que trabajamos en una fábrica de caucho. El olor a caucho es el que abunda en el lugar… Yo, mientras tanto, apelaba a la razón; buscaba con la nariz algún olor distinto al que había tenido toda la mañana encima… “No Caro, no siento na… pará, ahí si siento!” Efectivamente, había olor a flores… Y yo miraba buscando el origen del olor. “Si, está la virgen”, repetía ella, con los ojos perdidos que mezclaban asombro, temor, y alegría. Imagínense: Yo estaba a punto de tirar un chiste prejuicio-racista en el lugar, y me entero que tenía más público. Y era la virgen!! Obviamente no lo dije, y empecé a tomar el asunto como suelo tomar cosas como esas. Con el grado de creencia que me caracteriza: Saludaba para arriba y decía “hola virgen…”, “Lo del chico del currículum era broma y le juro que no lo iba a decir en serio…”, y varias cosas mas por el estilo. Comenzamos a reírnos. Para mi esas cosas forman parte de la sugestión de la gente, y aun no creo en ello. Y como prefiero la razón a la fantasía, soy de tomarlo en broma. Ella no dejaba de maravillarse de la excelente compañía que estábamos teniendo en la empresa. Finalmente dejé el papel que y salí. El olor en la parte de producción era más fuerte. Y en las maderas recién cortadas que habían traído para hacer una pasarela, más fuerte aun. De ahí salía el olor a flores.

Me quedé pensando en las creencias. Yo no se si bueno, o malo, pero no creo el las mística de la religión. Mi religión es bien “humana” y se construye con las relaciones entre las personas. Ahí encuentro a Dios. Y si hay algo que no me cierra en algunos religiosos, es el tema ese de creer que “cuando la virgen este presente, va a haber olor a flores”. Y si no hay olor a flores, que? La virgen está durmiendo? O esta en otro lado? Y los otros que rezan para que Dios los acompañe en el viaje y los proteja… Y si no rezan, quien los acompaña? Un Dios que les provee el Estado? Un Dios de bajo presupuesto?

Yo no rezo. Yo no pido. Yo no atribuyo el olor a flores, mas que a las flores. Pero tengo la tarea, día a día, hora a hora, minuto a minuto, de hacer las cosas de forma tal que Dios esté a gusto conmigo. Y estoy seguro que siempre, siempre, él está junto a mí.

Dios está en cada uno de nosotros. Es tarea propia de cada uno, en obrar día a día de forma tal que el otro se sienta libre y pueda abrirse y nos deje ver su Dios. Esa es la única forma que tenemos de encontrarnos con Dios.