El porqué de los huevos de Pascua

Este breve relato, intentará clarificar el verdadero significado de los huevos de pascua que tan ansiosos esperamos en esta época del año. A diferencia de Papá Noel y el desubique que produce un viejo de larga barba blanca y ropa de invierno roja en medio del verano, los huevos tienen su significado. Cuenta la Biblia en el libro de Tristán, Capítulo 2, Versículos del 1 al 1645, que estaba Jesús frente a sus seguidores haciendo milagros. Todos conocían los poderes milagrosos del señor, por lo que cada uno pedía algo que necesitaba: “Señor, transforma esta rama en pan”, y Jesús transformaba… “Señor, transforma esta otra cosa en pan”, y Jesús dale que te dale con milagros. Pero un día, mientras transformaba una hormiga en pollo al horno, se acercó un muchacho al que de una buena distancia podían notarse su falta de sentido común. Bien vestido, sin apariencia de necesidad alguna, se acercó al rey de reyes y le dijo: “Flaco, me transformas esta piedra en chocolate?”. Jesús lo miró de reojo, y pensó que lo mejor sería pasar la experiencia por alto, ya que el muchacho pedía giladas. Al día siguiente, ya a kilómetros de ese pueblo, nuestro señor continuaba con los milagros. Una vez más, el muchacho se hizo presente; “Ey, vó, el de la túnica… convertime este palo en chocolate, puede ser? Dale que estoy apurado..!”. A Jesús se le transformó la cara, pero decidió no exaltarse y continuar con la gente con necesidades. Así, las semanas pasaron y el muchacho siguió haciéndose presente, e insistía con el chocolate… Un buen día que había poca gente, el muchacho no llegó. Algo contento, Jesús aprovechó para conversar con ancianos necesitados sobre los resultados del fútbol y ese tipo de cosas para las que no tenía mucho tiempo. En lo mejor de la charla, con el rabillo del ojo divisó al jóven, que se arrimaba enérgico al grupo. Éste se arrimó, y de mala manera dijo a Jesús: “Mirá flaco, si no me vas a convertir lo que te traigo en chocolate, decimeló, pero no me hagas seguir viniendo al pedo a verte!”. Jesús no aguantó, se arremangó la túnica y contestó: “Nene, ubicate! Sabes que??! Me tenés los huevos llenos, de chocolate!, LLE NOS DE CHO CO LA TE!”. Ante tanto revuelo, unos guardias romanos que por ahí pasaron lo detuvieron por desacato, después sin condena lo crucificaron y el resto de la historia es conocida. Con el pasar de los años y por diferentes interpretaciones, se le dio significados a “los huevos llenos de chocolate”, mas tarde se agregó un conejo y todo se fue al carajo. De esa manera, para pascuas regalamos huevos de chocolate.

Si lo dice San Tristán, palabra santa!