martes, mayo 06, 2008

27 o 24...? Los dos!

1984. 8 de Mayo. Mi casa queda a veinte metros de una transitada avenida de la Ciudad de Córdoba. En ella están festejando no sé qué cosa. Claro, yo todavía no tengo 3 años; aun faltan unos días para que los cumpla. No recuerdo por que razón, con mi papá, el tío Rubén, y el Fabi, mi primo, vamos al barrio que queda cruzando la avenida. Rubén es médico y creo que aprovechaba que visitaba mi casa para llegar hasta la casa de alguien que debía ser atendido. Nada grave; algún conocido enfermo o algo por el estilo. Poco después, volvíamos caminando. Caminando es un decir; Fabi y yo volvíamos en brazos da nuestros respectivos padres. Cruzamos la avenida sin saber lo que encontraríamos del otro lado. Ya sobre la vereda de mi casa mi papá descubre que sobre la vereda de enfrente un par de hombres cargan apresurados un auto. “No son vecinos”, piensa, y termina de entender la escena cuando comprueba que ambos portan armas. Los nervios se apoderan de él y lo llevan a hacer algo que de haber analizado, nunca habría hecho. “Hijos de puta!” grita con todas sus fuerzas. Nadie sabe ni sabrá nunca si fue de sangre fría o de nervios que uno de ellos se dio vuelta y le disparó. El sonido de aquel .22 detuvo por un segundo el corazón de mi papá. Le habían disparado pero no le habían pegado. No sentía ningún dolor. Sin entender trató de no pensar. Sabía que analizar el hecho podía darle resultados terribles. Me apartó de su cuerpo para observar aquello que tanto temía. Su ropa estaba manchada con sangre. La mía también. Medio desesperado solo atinó a gritar “Le pegaste al chico” y apresuró su paso.

La situación en casa era otra. Ni bien se oyó el disparo, comenzaron a salir a la calle a ver que pasaba. Antes no era tan común escuchar ese tipo de cosas. Salían prácticamente corriendo a mirar, mientras mi papá, entre desesperación, nerviosismo, y evitando poner en pánico a todos, caminaba hacia adentro. El último que salía era mi abuelo. “Pablo, llevame al policlínico” “Para qué…” “Dale, llevame al policlínico...” A los pocos segundos y con el Renault 12 en marcha, mi abuelo vuelve a preguntar: “Pero, para qué tenés que ir al Policlínico?”. Mi papá decide mostrarle mi espalda y que él mismo saque sus conclusiones. Estaba cubierto con sangre y no paraba de llorar. La mente del conductor se puso en blanco, y a pesar que gran parte de su vida había vivido en el barrio y lo conocía más que bien, no sabía por donde debía ir. Los nervios se apoderaron de él. Una a una tuvo que indicarle mi papá las calles; por donde ir, donde doblar... Finalmente llegamos y fui atendido de inmediato. Para mi fortuna, un pequeño orificio de entrada indicaba que la bala había ingresado por la axila izquierda. La radiografía mostraba el recorrido: el trayecto iba hasta una costilla en donde había rozado para cambiar su rumbo y terminar en una marca que aun conservo en la espalda por donde finalmente salió. Comentaban los médicos que de pasar entre costillas, quizás hubiera perforado un pulmón, o tal vez el corazón. Más tranquilos, informaron lo ocurrido a casa. No tardó en llegar mi mamá. Más tarde regresamos a casa donde el ambiente era deprimente. Lo que antes fue festejo se había tornado angustiante, mientras yo jugaba con algún primito como si nada hubiera pasado… Final feliz que siempre es recordado por familiares, vecinos, y cualquier curioso que por ahí pasaba.

Es raro hablar de “recuerdos”. Sobre todo porque no recuerdo. Lo que relaté mas arriba es una recopilación de lo que me fueron contando con el pasar de los años. Por ahí intento y traigo alguna imagen, pero termino por deducir que es una simple creación de mi cabeza, de algo que escuché.

Recuerdos malos, recuerdos buenos. Recuerdos al fin. Pero a juzgar por los resultados, así como mi cumpleaños, ese día merece su festejo. Salud!

2 comentarios:

ceci dijo...

Dios santo, eso es cierto!?
Dos cosas:

1- Quiero ver la cicatriz.
2- Publiqué algo copado en mi blog, para que no te quejes.
3- No sé contar.
4- Quien dice dos, dice seis.
5- ¿Va a haber caramelos Sugus en tu cumpleaños?
6- ¡¿Vos vendiste el Renault 12 que data de aquella época?! Si tenías 3 años en ese entonces, eso quiere decir que vendiste un auto que tuviste más de 31 años!

Anónimo dijo...

Feliz Cumple!!!
Recien vengo de ahi y te queria comentar alguito, me quede con ganas de mas bombas de crema...
mi novia no me dejo meterme las dos que queria en el bolsillo del pantalon...Asi que bue... por el presente invito a tu novia a q publique la receta.

Un abrazo negrito