Tristísimo. Realmente triste. Día a día tengo que lidiar con miles de cosas. Leer, escuchar, ver, cada vez más, que desde los medios –y digo “los” cuando debería referirme a “él” medio Clarín, que es el que le da de comer a la gran mayoría de las opiniones- desde los medios se me ataca constantemente. Porque cuando muestran que los pobres son los responsables de la inseguridad en las calles, ahí me siento atacado. Cuando se habla de la clase trabajadora y su falta de capacidad para elegir representantes, me siento atacado. Cuando se refieren a la masa movilizada por derechos humanos, y dicen que son “llevados” por un chori y por un vino, siento que me están pegando por la espalda.
Hay cosas que sé que nunca voy a leer en esos medios. Jamás van a nombrar un gran funcionario de la derecha golpista con el tilde de “delincuente” o van a hablar de coimas y aprietes cuando se trate de periodismo sucio que ellos utilizan para llenar todos los días sus páginas. Me voy a cansar de ver cómo le van a poner una “K” a todo aquello que quieran desprestigiar, porque es la manera que impusieron para lograr que su público ciego –que no es poco- rechace cualquier cosa al punto de ni siquiera llegar a leerla. “Cuando algo es K, lo moviliza un Choripán y una coca”, piensan, y lo evaden.
Lo que no ven, es que del lado K sí se mira para afuera. Se están analizando estrategias y formas de llegar al lector/espectador con un mensaje claro y sincero, y en muchos casos sin el interés meramente económico que esconde, palabra tras palabra, “el gran diario argentino”. Inclusive, existe un gran margen de los mal llamados K que no lo son. Y tienen cosas muy inteligentes para decir. Intelectuales insólitos que terminan siendo apagados al mundo por el bolsillo de un grupo de empresarios que tienen el poder más eficaz y autoritario de todos; el informativo.
A mi me llama poderosamente la atención que tenga que pasar lo que pasó no hace mucho para volver a comprobar la mala intención con la que este multimedio demuestra que no admite competencia. La reunión de bloggers en Buenos Aires, la participación del Jefe de Gabinete, y el equivocado y malintencionado mote de “blogueros K” en una de sus publicaciones fueron suficientes para que, una vez más, me sienta atacado. El medio que está realmente preocupado por la posible pérdida de libertad de prensa, mete en una misma bolsa a miles de escritores, pensadores, lectores, opinólogos, etc., le hace un nudito en la punta, y la tira dentro del depósito de “material comprado por el gobierno”. ¿Hasta cuando? ¿Van a entender en algún momento que muchos apoyamos este camino que inició nuestro país en el 2003, sin dejar de reconocer errores, exigir explicaciones, pero reivindicando cada día ese camino? ¿No les cabe un segundo en la cabeza de que hay personas íntegras que jamás –porque jamás- van a ser comprables con nada? Y como si esto fuera poco, manchan sus nombres con la idea de que son pagados por el gobierno para, desde los blogs, apoyar una gestión. A mi nadie me paga nada, y mis convicciones e ideas no cambiarían ni un poco si alguna vez alguien me da algo por plasmarlas en un texto. Porque esa es otra de mis libertades, que paradójicamente no tienen muchos de los que se sientan a opinar detrás de un micrófono que está siendo escuchado y repetido por medio país.
Ellos creyeron que demandando al blog “qué te pasa clarín” iban a meter miedo y moderar a los que día a día denuncian su mala intención. El miedo funcionó por mucho tiempo en esta sociedad, y nos remonta a épocas que no queremos recordar. Por eso le tiran en contra a la ley de medios, porque es una herramienta que le da lugar a que, de la misma manera que lo hace un blog, radios, publicaciones, y nuevos canales tengan ese lugar. No para pegarle a ellos, sino para mostrar lo que ellos ocultan; para decir lo que ellos no dicen; para ser la voz de los que en sus páginas no tienen voz.
Desde este humilde blog va mi apoyo a muchos compañeros y a otros muchos que no lo son, que hoy se sienten atacados por las palabras filosas de los que dicen defender la libertad, pero someten cada día a su público a no poder conocer la otra cara de la moneda.
Hoy más que nunca, Clarín, Magnetto, déjense de joder, y devuelvan a los nietos.
-No escribimos por un chori, no escribimos por un plan... Pensamos por un gobierno Nacional y Popular-
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2 comentarios:
La historia parece propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas .
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