martes, octubre 06, 2009

¡Me cazaron!

Volví al blog. Y así como volví a él, tengo pensado ir volviendo a todas las actividades que tuve que ir suspendiendo al menos en el ultimo mes y medio. Para los que no saben, este noble y soltero muchacho que escribe ahora es un hombre casado. ¿El cambio? Por fuera, creo que ninguno. A la panza, las arrugas y las canas ya las traía de antes, como también a los dolores de espalda, los problemas de oído y unas cuantas mañitas más que están conmigo desde hace bastante. Por dentro, creo que el cambio es importante. Y más que cambio es una profundización de sentimiento. Estar con alguien que uno ama es lo más. Pero proyectar eso para toda la vida, pesa aun más y llena el espíritu. Bueno, ese es el causante de que este último mes y medio sea raro. Sobre todo raro por lo lindo. Es medio denso prepararse, tener que salir a buscar ropa, después cuidarse en las comidas para que esa ropa sirve quince días más adelante, correr para contratar la bebida, correr para buscar salón (aunque eso realmente se hace bastante antes), ver a quienes se va a invitar a compartir ese momento, hacerse análisis pre nupciales, y queseyó cuantas cosas más que pasaron y que mi cabeza ya debe haber tirado a la papelera de reciclaje para evitar que me vuelva loco. Después de toooodo eso, llega el civil, se firma, se brinda, y pasó. Después llega la fiesta, se come, se baila, se brinda, y pasó. Después, si se puede, se hace viaje: uno va, vuelve, y pasó. Y te das cuenta de que tanto preparativo, tanto preparativo, se voló. Pero queda la satisfacción de que todo salió hermoso, y que la pasamos más lindo aun. Pero lo más importante, más importante, queda como excluido durante todo ese tiempo. Pasa como a un segundo plano. Y te das cuenta recién cuando estás de vuelta y te cruzas con alguien, y tu señora dice “che, te presento a mi MARIDO”. Ahí cae la ficha. ¡Se siente tan lindo ese calificativo! Porque es el nuevo comienzo a la etapa que sigue, donde somos una familia con todas las de la ley. Y no es que no lo sentía así mientras convivíamos, pero se siente distinto. Y te sonreís y le agarras fuerte la mano, porque sabes que eso que una vez soñaste se está volviendo realidad.
Queda para pensar, cuando uno se calma, en todos aquellos que estuvieron están, y siempre van a estar felices de esta unión. Muchos de ellos nos acompañaron este último mes. Otros no físicamente, pero están siempre presente a través de nosotros, que no somos más que el resultado de las experiencias con las personas que nos rodean. Y nuestra pareja, en definitiva, también es un resultado de mucha otra gente que nos llena la vida día a día.
Así que pronto estaré criticando algo o a alguien en este blog, un poco más viejo, y más rompe pelotas que nunca.

1 comentario:

Lobito dijo...

Amigo, la verdad es que me alegra mucho verte así: feliz...
Estoy completamente seguro que esta felicidad que hoy tienen ambos, no sólo nunca va a acabarse sino que irá creciendo día a día. Los dos son muy buenos y así lo merecen, de hecho, la gente de su alrededor así lo reconoce. Seguramente y como vos decís, este es recién el principio, el inicio a una nueva vida, una vida llenas de alegrías y nuevos desafíos. Brindo (como me harté de hacerlo en la fiesta) por la felicidad de ustedes y por la familia que construiste.
Salud mi amigo!!!